Conciencia

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viernes, 1 de abril de 2011

El sentido de la alfabetización tecnológica

Las herramientas permiten hacer “otras cosas”, y cuando son compartidas por la  sociedad, se integran como parte de su vida diaria.  Estas herramientas evolucionan, mejoran y dan lugar a  otras nuevas;  cuando estas sean compartidas por la sociedad, se  integrarán en su vida diaria, y llegará formar parte de su cultura.
De tal modo, si iniciamos un breve recorrido por el desarrollo de la alfabetización podemos remontarnos hasta 4000 años a.C. cuando se puede marcar el rumbo de la lengua escrita. Posteriormente aparece en el siglo XVI el “artefacto” para escribir como comunicación impresa a través de la Imprenta. El desarrollo industrial permitió dicha comunicación a la sociedad (siglo XIX) promoviendo una cultura de la lengua escrita. Posteriormente se da paso a nuevos artefactos para escribir y ordenar (siglo XX) e inicia la comunicación digital como preámbulo al desarrollo tecnológico (siglo XXI) ya como una alfabetización tecnológica a través de una comunicación digital en la sociedad.
Todo lo anterior permitió encontrar e identificar los usos tecnológicos en la vida cotidiana pero sin embargo, “los medios, por si solos no cambian ni transforman la enseñanza y menos aun  si se olvida relacionarlos con el resto de sus componentes”. Es aquí donde precisamente al propiciar espacios de encuentros de aprendizajes a las y los ciudadanos, se les proporcionan herramientas que permiten el acceso de la información como mecanismo de apropiación social del conocimiento apoyándolos con las Tecnologías de Información y Comunicación.
Sin embargo el dominar la tecnología actualmente no nos garantiza éxito rotundo. No podemos simplemente aceptar si  mas cualquier producto tecnológico o cualquier resultado de la indagación científica profesional acabada. La ciencia y la tecnología de cada época son trabajos realizados por seres humanos dentro de contextos institucionales y sociales determinados y reflejan en la mayoría de los casos influencias del poder político, de intereses económicos, de presiones culturales y hasta de prejuicios y debilidades de investigadores.
Se habla de inteligencia, oportunidades y del trabajo mismo como elementos o ingredientes que hacen de la alfabetización tecnológica obtener oportunidades adecuadas, para ser capaces de detectar problemas sociales y socio personales, buscar y procesar información que haga falta, tomar decisiones, organizar y trabajar efectivamente en equipos democráticos e incluso negociar y actuar de manera racional, pertinente y prudente buscando siempre aliados, minimizando enemigos y priorizando esfuerzos.
El aprendizaje puede desarrollarse en forma individual o colaborativa siendo esta lo ideal para desarrollar habilidades sociales, comunicativas, creativas y en bien del crecimiento de la autoestima.
Es necesario mantener una formación integral y continua con el aprovechamiento de la tecnología, no resistirse al cambio. Es urgente estar a la vanguardia de su uso. La adquisición de la tecnología digital solo será posible si se forma a personal competente y se hace universal la utilización de la informática en los centros docentes.
Creo que la computación y las comunicaciones apropiadamente programadas e implementadas tienen el potencial de revolucionar la enseñanza y mejorar el aprendizaje con la misma fuerza que la tecnología informática ha transformado las diferentes ciencias, las finanzas, la industria y tantos sectores de la sociedad.
Para satisfacer las demandas actuales debemos ser protagonistas de nuestro proceso de aprendizaje, utilizar tecnologías informáticas para procesar información, utilizar las tecnologías de la comunicación para interactuar en pares y expertos, trabajar colaborativamente, transmitir e intercambiar ideas. Solo así las posibilidades pedagógicas al servicio de mejores procesos de aprendizaje, serán apremiantes.

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